lunes, 11 de mayo de 2015

Docencia en Enfermería

Buenos días, gente! Cómo andan? Que tal han comenzado su mes de mayo? Ya nos vamos acercando a la mitad del año! Cómo ha pasado de rápido, no? Personalmente, siento que el año se me viene encima y tengo miles de cosas por terminar! Pero bueno, la clave es no desesperar, organizarse, priorizar, apoyar las sentaderas y manos a la obra!

Bueno, pero vamos a lo nuestro...

En esta entrada, quiero hablarles un poco acerca de la importancia de la docencia en enfermería, la incursión de nuevos y jóvenes profesionales en la actividad docente, como así también mi propio trayecto en este ámbito.

Como todos sabemos, o debiésemos saber, la docencia a nivel universitario cumple un rol esencial dentro de la formación de los futuros profesionales, ya que es aquí donde se germina el que, en un futuro, va a ser el encargado de desempeñarse autónomamente en la sociedad. Existen distintas corrientes dentro de la docencia que plantean diferentes formas de educar, como la transmisión, el adiestramiento y el aprendizaje significativo. Dentro de estas, considero que la última es la más adecuada para lograr una formación crítica del pensamiento, algo esencial para que los enfermeros puedan desempeñarse correctamente en los distintos campos de acción. 

Con esto hago referencia a que, cuando un docente se para frente a los estudiantes, no solo tiene que pararse como un autómata a dar una lección de memoria, apelando a la atención obligatoria de los estudiantes, que, de forma pasiva, absorben todo lo que escuchan. El docente tiene que tener la capacidad para poder despertar el interés en los estudiantes; tiene que tener el poder para concatenar los conocimientos previos (ya sean del nivel secundario o universitario) con los temas que se van a tratar en la clase, y de esa forma ejercitar la mente de los alumnos (término que no acostumbro a usar, pero que necesito en este momento para no caer en la repetición de palabras); tiene que poder crear un sistema de pensamiento en que el estudiante forje dentro de su mente redes conceptuales mediante la asociación de conceptos, viejos y nuevos; tiene que ser capaz de que el alumno genere nuevos conocimientos, y no que solo repita lo que él está diciendo.
Esto no es una tarea fácil, en absoluto, pero es esencial para que los futuros profesionales tengan las herramientas necesarias para defenderse en el mundo real.

También considero que tenemos que sacarnos de la cabeza la idea de que en el profesor universitario podemos proyectar la imagen de un seudo padre, como muchas veces se hizo en la escuela secundaria o se hace en las escuelas terciarias. Con esto me refiero a que el docente tiene ciertas tareas delimitadas que cumplir, y que muchas responsabilidades que le son adjudicadas, son en realidad responsabilidades de los alumnos, que, por alguna u otra razón, no las quieren aceptar y se las asignan al facultativo. Algunos ejemplos de esto son la carga horaria de la materia, la cantidad de material a estudiar, la fecha de los exámenes y los horarios de dictado de clases. En la actualidad, la realidad docente es una tarea de riesgo (véase la exageración) y no nos podemos estar haciendo cargo de cumplir los caprichos de TODOS los alumnos para que ellos puedan estudiar cuando les quede cómodos. Cuando un estudiante decide estudiar, tiene que tener en cuenta que hay ciertas normas que se deben seguir y ciertos reglamentos a los que se tiene que adaptar, y no pretender que todo va a ser fácil y como le quede cómodo (desgraciadamente, crecer es así!).

En un principio, también mencione la importancia de que nuevos jóvenes se tienen que interesar por la docencia universitaria, y ahora les voy a explicar el por que. 

En este mundo cambiante, lleno de nuevas tecnologías y avances científicos, es necesario que quienes eduquen, puedan adecuarse a la realidad de a quienes pretenden educar. Ya sea tanto por los nuevos lenguajes, como por la capacidad para el manejo de estas nuevas herramientas, es necesario que las nuevas generaciones puedan introducirse en la docencia para que no se produzca un estancamiento en el saber. Para nada digo que hay que menospreciar la experiencia y los saberes de los docentes con mayor trayectoria, ya que las capacidades y conocimientos que ellos tienen son algo a lo que todos debiésemos aspirar. Pero esto es una realidad que debemos enfrentar.
Muchas veces, los jóvenes tenemos que convertirnos en las herramientas de los docentes con más antigüedad, lazarillos si quisiéramos darle un toque más poético, ya que servimos como una especie de guía en este nuevo mundo, aunque quien sigue siendo la imagen, la persona real frente a los alumnos, son los profesores.
Y esto último no tiene que ser visto de mala forma. Los jóvenes nos tenemos que formar, tenemos que adquirir experiencia, tenemos que poder aprender ciertos trucos que estas personas, con sus años en el trabajo, han ido aprendiendo. Y esto no dista mucho de la realidad que se puede ver en los servicios.

En mi experiencia personal, estando por finalizar mi tercer año de adscripción en la cátedra de Investigación en Enfermería y Taller de Trabajo Final, debo admitir que he encontrado en la docencia mi verdadera pasión. El poder transmitir mis conocimientos a los estudiantes, como así también poder ayudarlos a comprender esta maravillosa profesión que es la enfermería, y prepararlos para que se desempeñen como verdaderos y autónomos profesionales, es uno de los mejores sentimientos que han atravesado mi pecho y que me llenan de dicha. Si, puede que tenga cara de sueño, esté cansado, y no esté siempre del mejor humor (mi trabajo regular de enfermero lo tengo que tener, por que, les aseguro que es MUY dificil vivir de un sueldo docente, sobretodo en los primeros años), pero siempre intento hacerlo con la mejor predisposición, ya que me considero un sirviente para los estudiantes, un escalón para que puedan llegar a la cima y convertirse en profesionales.


Una foto publicada por Federico Gonzalez (@fegoviedo) el